Duela laurogei urte eratu zen lehen Eusko Jaurlaritza, Jose Antonio Agirre Lehendakariarekin. Denbora latzak, benetan. Borroka denborak. Sufrimendu denborak. Gizartea apurtu egin zen. Ahaztu behar ez ditugun denborak dira. Une kritikoak, benetan; eta orduko lider politikoek beren handitasuna erakutsi zuten, ekintza militar bidegabe eta ankerren erdian, herriaren ongizatea babestea bilatu zutelako. Adorea erakusteko denbora izan zen hura, eta horixe egin zuten. Handitasuna, zintzotasuna eta izaera demokratikoa erakusteko denborak izan ziren.

Laurogei urte geroago, ez dugu hura guztia ahazten. Gerra denborako izuarekin edo ondorengo zapalkuntza eta errepresio urteekin ere, ez dute lortu Jose Antonio Agirre eta beste guztien konpromisoa ezabatzea. Egoera bidegabe hari aurre egin zioten, eta gure herriaren etorkizuna erabakitzeko eskubidea defendatu zuten. Frankismoaren negu beltzaren ondoren, herri honek argia ikusi zuen berriro. Euskaldun haiek gordetako haziak fruitu berriak eman zituen. Eta hemen gaude berriz ere. Herri bizi eta oparo honetan. Gure esker ona, gure omenaldia, hau dana posible egin zutenei eta egin dutenei.

Ayer vinimos a Gernika. Iñigo Urkullu juraba su cargo como Lehendakari de Euskadi bajo el árbol de nuestras libertades. Con humildad, en pie sobre tierra vasca. Ante la representación institucional del país. Como lo hiciera Agirre en octubre de 1936. El mismo instante, el mismo compromiso, la misma entrega, en unas circunstancias muy diferentes. Cuando salimos del túnel del franquismo, los herederos de Agirre, los hombres y mujeres del Partido Nacionalista Vasco, continuamos nuestro caminar para reconstruir esta Patria. Fieles a nuestros principios fundacionales, pero apegados a la realidad. A buscar en cada momento el terreno firme en el que pisar para no caernos.

Las nuevas generaciones de vascos y vascas que hoy disfrutan de la actual Euskadi quizá no sepan o no valoren que el solar que comparten ha sido cimentado ladrillo a ladrillo. Que lo que hoy tenemos lo hemos conseguido a base de esfuerzo y de lucha. La recuperación del euskera, la cultura vasca, los servicios públicos de calidad, el Estado de desarrollo y bienestar en el que vivimos ha sido construido a base de esfuerzo y de lucha. A veces, de lucha con gentes de nuestro propio país y que decían defender la misma Patria que nosotros. Algunos, instalados en el maximalismo del “todo o nada”, censuraron y ridiculizaron nuestro modo de acompasar acción política y principio de realidad. Y nos llamaron “traidores” y “vendepatrias”. Aquellos que se instalaron en la radicalidad y, en el peor de los casos, vieron en la violencia el medio que justificaba su fin, llegan al primer cuarto del siglo XXI con retardo de decenios. Y aunque también hoy nos acusen de conformismo o de “vivir en el día de la marmota”, proponiendo nuevos saltos en el vacío que no conducen a ningún lado, terminarán por reconocer, aunque sea a destiempo, que este país ha avanzado, y mucho, en el camino de su construcción nacional y social.

El otro día en el Parlamento, la izquierda abertzale reivindicaba la figura del Lehendakari Agirre. Es una gran noticia. Aunque lo hicieran para intentar atacarnos, es una gran noticia. Porque si alguien fue injusto con la titánica labor del Lehendakari fueron precisamente los precursores de la actual Izquierda Abertzale, los que rompieron con la legitimidad histórica de los auténticos gudaris para fundar una organización que solo ha traído dolor, sangre, ruina y dolor a este País. Bienvenida la izquierda abertzale al reconocimiento del legado del Lehendakari Agirre, aunque sea cincuenta años tarde. Pero, ojo, que no tengan ninguna duda. Si el Lehendakari Agirre hubiera estado entre nosotros, el miércoles se habría sentado en los escaños del PNV, ayer habría aplaudido emocionado como nosotros al Lehendakari Urkullu y hoy estaría aquí rindiendo homenaje al Maisu. Sería un entusiasta defensor de la ‘vía PNV’ hacia la libertad de Euskadi. Katea ez da eten. Bide onean gaude.

Berandu bada ere, berrogeita hamar urte berandu bada ere, ongi etorria izan dadila Ezker Abertzalea Jose Antonio Agirreren ondarera. Baina gauza bat argi eta garbi, oso argi eta oso garbi, izan behar dute Agirrezale berri hauek: Agirreren bidea jarraitu zutenek eta jarraitu dugunok egindako lanari esker, gure Aberriak itxaropentsu begiratu diezaioke gaur egun etorkizunari. Datu objektiboa da hori. Begira Nafarroan: historia demokratiko modernoan lehen aldiz, aldaketa gobernua eratu da, eta orain arte euskaldunen sentimendua isolatzeko zegoen joera apurtu du. Nafarroako Foru Erkidegoak aldaketa historikoa bizi du eta egoera hori indartu eta finkatu beharko da, errealitate horrek atzera bueltarik izan ez dezan. Horra hor Iparralde: momentu historikoa bizi dute ere, laster erakunde administratibo berria izango dutelako Lapurdi, Zuberoa eta Behe Nafarroako euskaldunak hartuko dituena. Eta hemen, Euskal Autonomi Erkidegoan, Urkullu Lehendakariak legealdi berria hasi du gure nazio egitasmoa hazi arazteko eta indartzeko helburuarekin, gure autogobernua handitzeko asmoarekin, gure herria gero eta askeagoa izan dadin, errespetuarekin, nortasun guztiak aitortuta, bizikidetza berezi horretarako behar diren bermeekin. Estatus berriarekin, euskal hiritargoak bere etorkizuna erabakitzeko eskubidea izan dezan.

Eta orain, bihartik aurrera esango nuke, ez dakit zenbat hauteskunde pasa eta gero, hitz egiteko eta negoziatzeko momentua iritzi zaigu, bai Gasteizen, bai Madrilen. Bai, negoziatzeko prest gaude. Eta lotsagabe ekingo diogu negoziazioari, noski. Lotsagabe eta iluntasunik gabe. Guk oso argi jokatu dugu beti. Gardenak gara. Zer jarriko dugu mahai gainean? Euskadiren eta euskaldunen interesak. Zer eskatuko dugu? Euskadirentzat eta euskaldunentzat ongizaterik handiena, eta Herri bat osatzen dugun einean dagozkigun eskubideak ere. Hori baino ez dugu eskatuko… baina hori baino gutxiago ere ez.

Alderdikides, amigas y amigos. El Partido Nacionalista Vasco quiere poner en valor el país, la nación que estamos edificando. Poner en valor una sociedad dinámica, que ha sufrido por la crisis económica mundial que nos ha golpeado pero que no nos ha derrotado. Y si hemos aguantado ha sido por el esfuerzo de la gente, claro, y también por el autogobierno que tenemos. Ese autogobierno del día a día que nos permite volver a crecer económicamente, lo que nos ayudará a recuperar el empleo perdido; que nos permite ofrecer una sanidad, una educación universal y de calidad; nos garantiza una protección social de justicia para quienes están necesitados; nos permite innovar, crear, buscar un nuevo sitio en el Mundo para la marca Euskadi-Basque Country. Tenemos un país despierto. Con posibilidades. Un país en el que poder vivir nosotros y nuestros hijos e hijas. Un país con problemas, claro que sí, pero con cultura corporativa de acuerdo y entendimiento para poder abordarlos. También en lo nacional, en nuestra reivindicación de construir la patria común de los vascos, podemos poner en valor la coyuntura que vivimos.

En Navarra, por primera vez en la historia democrática moderna, se ha establecido un Gobierno de cambio que ha roto con la tendencia impuesta de aislamiento para el conjunto del sentimiento vasco. La Comunidad Foral Navarra vive un momento histórico de cambio que es preciso alimentar y consolidar para que esa nueva realidad resulte irreversible. Para que en la conciencia de los navarros y las navarras, desde su libre decisión, siga creciendo la voluntad de compartir un futuro de respeto y convivencia.

También los territorios vascos del Norte viven un momento histórico. En breve quedará constituida la primera entidad administrativa común que aglutine y represente a los vascos de Lapurdi, Zuberoa y la Baja Navarra. Un sueño que nos permita albergar la esperanza de que también en Ipar Euskadi la causa nacional empiece a encontrar un camino de confluencia.

Aquí, en la Comunidad Autónoma Vasca, se concentran dos terceras partes de la población total de la Nación Vasca. Aquí, el progreso es evidente. Acabamos de elegir a nuestros representantes y el Lehendakari Urkullu reinicia mandato con el ímpetu y el propósito de hacer crecer Euskadi. Queremos actualizar nuestro autogobierno, dotarnos de nuevas herramientas que nos hagan, cada día, menos dependientes de nuestro entorno, desde el acuerdo, desde el respeto mutuo, desde el reconocimiento de cada identidad y con las garantías necesarias para esa convivencia singular. Un Nuevo Estatus en el que la ciudadanía vasca pueda ejercer el derecho a decidir su futuro. Queremos avanzar y vamos a avanzar en la dirección correcta. Lehendakari, permíteme utilizar una cita tuya pronunciada en tu último discurso parlamentario y adaptarla al conjunto del Partido. “Este Partido no ha caído ni va a caer en planteamientos irrealizables o insostenibles”. Y redondeo la cita con otra, también pronunciada por nuestro portavoz, Joseba Egibar, en la misma sesión de investidura. “Este Partido jamás llevará a este Pueblo a un callejón sin salida”. Lo reafirmamos hoy, en contraposición al populismo y la demagogia predominante en mucha de la acción política actual. Este partido no va a prometer asaltar los cielos ni alcanzar cimas que se saben inexpugnables. Vamos a ganar el futuro día a día, paso a paso. Desde la realidad y la responsabilidad. La retórica fácil de prometer lo imposible sólo genera frustración y desapego a la política. Porque no hay peor veneno, en el campo de las ideas, que generar ilusiones con mentiras.

Nosotros, por nuestro camino. A defender Euskadi, a hacer crecer Euskadi, a trabajar por Euskadi, a pelear y a acordar por la Euskadi que queremos, donde haga falta, aquí, en Madrid o en Bruselas. Parece que se avecinan tiempos propicios para negociar. Lo vamos a hacer sin complejos. Poniendo Euskadi y sus intereses por encima de todo. Estad seguros de que nuestra única vara de medir va a ser el bien de esta sociedad, el avance en nuestro bienestar, el avance en nuestra construcción nacional. Avanzar paso a paso, sobre terreno seguro, para no caerse en mitad de la travesía. Eso es lo que lleva haciendo el PNV durante 121 años de historia. Y seguimos adelante. Y cada vez llegamos más lejos. Lo evidencian Nafarroa, Iparralde y la Comunidad Autónoma Vasca.

Ser prudentes, pragmáticos, pegados a la realidad , no significa perder los objetivos ni olvidar para qué fuimos creados como herramienta movilizadora de conciencias y voluntades. Lo tenemos presente cada día. Y por eso, cada año, a finales del mes de noviembre, en los entornos de San Andrés, venimos hasta aquí, a Sukarrieta. Al origen de nuestra historia. Aquí volvemos, como hoy, al lugar donde reposa el Maestro, Sabino Arana. Alguien pensará que se trata de un ritual, de una liturgia pasada de moda. Pero no. Cada noviembre venimos a traer flores a Sabino. Son las flores que él no pudo ver. El fruto de su legado. De una patria que se perdía cuando él sacudió las conciencias de este Pueblo con su mensaje. Una Patria que hoy muestra su vigor y su pujanza.

Hoy más que nunca, su declaración de que “Euskadi es la patria de los vascos” cobra vitalidad en toda su expresión. Desde el Aturri hasta el Ebro. Desde Maule hasta Karrantza. La construcción de la Nación Vasca es nuestro cometido, nuestra labor. No es ni una ensoñación ni una quimera. Es la tarea que nos da vida como organización política.

Somos el Partido Nacionalista Vasco. Llevamos 121 años en ese camino. Sin desviarnos un milímetro en la trayectoria. Construyendo el proyecto de la Nación Vasca. El proyecto en el que miles de vascos y vascas quieren fraguar su futuro en libertad, en justicia social y en paz.
En esa tarea seguimos en la brecha. Con ilusión y con el compromiso de un Pueblo en marcha representado por este Partido y por el Lehendakari y su Gobierno.

Alderdikides, abertzales: Gora bihotzak! Gora Euskadi askatuta!