"Era el momento de Santurtzi", aseguró Ricardo Crespo, delegado territorial de Vivienda del Gobierno vasco. El reparto supone para Santur-tzi "un pequeño paso" en el camino de la vivienda social y protegida, que proyecta llegar a las 2.000 plazas de VPO en el Plan de Vivienda 2008-2016. "Es un pequeño pasito pero con actuaciones a corto plazo creemos que van a ser muy importantes", indicó José Luis Landaburu, concejal de Urbanismo.

Los afortunados en el sorteo realizado ayer en el Serantes Kultur Aretoa (SKA) pasarán a vivir al barrio San Juan "en cuatro o cinco meses", según explicó Crespo. Así, los nuevos inquilinos podrán entrar a vivir en marzo. "Si no hay ningún problema burocrático".

Este reparto permite a Santurtzi comenzar una carrera que pasa por levantar más viviendas sociales en el barrio. Las primeras de ellas en la misma zona de San Juan, donde están previstas otras 160 viviendas "que en poco tiempo seremos también capaces de sortear", indicó el concejal santurtziarra. Además, el municipio contempla la construcción de alrededor de 400 pisos en CLH y, entre 600 y 700 viviendas en el barrio de El Bullón.

"Era el momento de Santurtzi, la escasez de terrenos ha sido un problema muy grande para nosotros", aseveró Crespo. Y la demanda es más que notable en la localidad marinera. Alrededor de 6.0000 personas optan a una casa protegida en Santurtzi, cerca de 2.000 empadronados y el resto, de los municipios colindantes. El número se reduce si, como ocurrió ayer, la vivienda es en régimen de alquiler. Casi 800 vecinos cruzaron ayer los dedos porque la suerte les tocara a ellos.

En total se sortearon 24 viviendas, aunque ocho de ellas estaban excluidas por destinarse directamente a realojos. Las restantes 16 fueron sorteadas en diferentes grupos: una para personas con discapacidad; siete para vecinos en situaciones sociales de especial protección; tres para aquellos que llevan inscritos más de cuatro años, y otras tantas para el resto de personas.

Afortunados"He rezado a la virgen de El Carmen todos los días y, al final, me ha iluminado", decía sin poder creérselo aún Begoña Osinaldo. El número 1.004 acababa de salir en la pantalla. "¡Me ha tocado un piso de lujo, madre mía!", decía una y otra vez. Su hija, Elisabeth, apenas podía contener las lágrimas. "Lo necesitábamos", decía, "mi madre cobra una pensión de viudedad muy baja y yo trabajo en lo que puedo", explicaba.

Su alquiler de 720 euros en el barrio santurtziarra de Mamariga se verá notablemente reducido en el nuevo piso. Elisabeth acaba de acompañar a su madre hasta Eibar, en un viaje que han pagado con mucho esfuerzo, para comprar lotería. "Lo necesitábamos tanto que hemos ido hasta allí, porque tocó el año pasado, para ver si había suerte", explicaba la hija. "¡Como ha rezado la gente por mí! Tengo que contárselo a todo Santurtzi", exclamaba Begoña aún emocionada.

A su izquierda, un nuevo grito denostaba una nueva alegría. Su amiga, Emilia de los Ángeles Arenal tenía el número 175. "Me hacía mucha falta porque mis hijos están en el paro y no pueden pagarse una casa, así que ahora viviremos los cuatro allí", adelantaba llorando de felicidad.

Tampoco Mari Ángeles Moreno, también de Mamariga, escondía su emoción. "Tengo un hijo con parálisis cerebral y necesitaba una casa adaptada para él", cuenta emocionada. Hay sueños que sí se cumplen. "A mí ya me ha tocado la lotería".

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