No hicieron gala de la puntualidad nórdica, aunque el acoplamiento de los dos funiculares fabricados en Suiza a la Línea 2 del metro se llevó a cabo ayer con la eficacia de una navaja multiusos. La operación estaba prevista para las dos de la tarde. Pero no fue hasta pasadas las cuatro cuando los dos vehículos sin tripulante, destinados a conectar desde julio el barrio de Mamariga con la estación del suburbano en Santurtzi, llegaron a su destino. Dos enormes trailers con matrículas austriacas dejaron las modernas lanzaderas, las últimas construidas en el mundo, en la plaza Virgen del Mar, justo en el lugar del que sobresale el 'fosterito' que anuncia la próxima parada del metropolitano.
Cuando entren en funcionamiento este verano, las lanzaderas conectarán de forma constante la estación de Santurtzi con Mamariga. Las unidades estarán controladas desde el propio centro de mando del metro y partirán de ambos extremos de la línea cada dos minutos y medio. Será el tiempo que tarden en salvar los 400 metros de cuesta, con una inclinación de hasta el 20%, que separan el barrio santurtziarra del centro del municipio. En total, los dos ascensores inclinados circularán a una velocidad de seis metros por segundo.
La instalación de los funiculares se prolongó por espacio de tres horas. Los futuristas vehículos partieron el pasado viernes de la ciudad suiza de Olten y no fue hasta la mañana de ayer cuando entraron en Bizkaia. Una vez en su destino, una grúa se encargó de alzarlos a más de seis metros de altura. Cada uno de los coches mide sólo siete metros de longitud, pero tiene capacidad para 45 pasajeros. Al igual que una moneda entra en la hucha a través de una ranura, la docena de operarios que intervinieron en los trabajos se valieron de dos pequeños orificios para introducir los aparatos bajo tierra. Una vez allí, el posado se calculó al milímetro para hacerlos coincidir directamente sobre los raíles.
Durante las siguientes semanas, los vehículos serán sometidos a varias pruebas para comprobar el funcionamiento de todos sus sistemas. Será después de que se les conecte al suministro eléctrico, previsto para los próximos días. La estación, en la que falta por instalar el ascensor pero que básicamente ya está completa, no comenzará a transportar pasajeros hasta julio. Así lo anunciaron ayer medios del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transporte del Gobierno vasco. «Después le corresponderá al Consorcio de Transportes decidir la fecha concreta», recordaron las fuentes. Los trabajos para su puesta en funcionamiento, cofinanciados por el Ejecutivo autónomo y la Diputación, alcanzarán los 8,8 millones de euros.
Doble cable El cañón de Mamariga, como también se conoce al proyecto, no dispondrá de los funiculares más grandes del mundo, aunque sí de unos de los más modernos. En lugar de otros sistemas que se basan en un único cable tractor, y que obligan a que un vehículo esté en lo alto mientras el otro se encuentra abajo, en Santurtzi se ha optado por otra alternativa. «Hay dos cables para que los dos funcionen de forma independiente. Así, en caso de necesidad, ambos pueden circular en la misma dirección», advirtió Javier Tellería, el representante  de la empresa suiza que ha fabricado los coches, Doppelmayr Garaventa. Su aspecto exterior recuerda al de los vagones del suburbano, con cristales tintados, dos hileras de asientos forrados en rojo y barras metálicas para los pasajeros que circulen de pie. Disponen de dos puertas correderas a un lado y otra más en el contrario.
El portavoz de Doppelmayr Garaventa explicó que los vehículos han sido fabricados a medida para el metro de Bilbao. «Nos consta que se trata de un sistema pionero a nivel de todo el Estado, al menos en lo que se refiere a accesos ferroviarios», celebraron los representantes del Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transporte. Con su puesta en marcha, y la entrada en funcionamiento de la próxima parada en Kabiezes, Santurtzi dispondrá de tres accesos al suburbano.
fuente:el correo