Dice el refrán que no por mucho madrugar amanece más temprano pero, en el caso del PNV, no puede aplicarse el mismo axioma. A finales del pasado mes, los jeltzales lograban llevar a término el escrupuloso cumplimiento del calendario de las transferencias previstas para el primer semestre de 2011, conseguían arrancar materias no contempladas a priorien el acuerdo PNV-PSOE -maestros y personal sanitario de instituciones penitenciarias- y, además, adelantaban otras comprometidas para el segundo tramo del año, como es el caso de la homologación y convalidación de títulos extranjeros no universitarios. Para zanjar el acuerdo de 2010, al partido de Urkullu solo le queda pugnar por la llegada de las últimas ocho competencias previstas para la segunda mitad del año. Hoy mismo se citará la Comisión Bilateral de Transferencias.

Los contactos han sido una constante. Unas llamadas telefónicas y un intercambio de borradores que han perseguido desbloquear aspectos técnicos de las materias en proceso de negociación. En los últimos días han dirimido sobre la competencia de las líneas de cercanías de Renfe y Feve, la titularidad de la A-68 y parte de la A-1, y el crédito y la banca. El partido de Zapatero habrá de cumplir la palabra dada si desea procurarse el respaldo jeltzale en la negociación presupuestaria. El PNV ya ha dejado claro que no empezará a hablar sobre los números de 2012 sin antes cerrar los compromisos adquiridos para este año.

El fondo de garantía salarial -encargado de pagar los sueldos pendientes a los trabajadores cuando la empresa es insolvente-, el crédito y la banca, el turismo -la licencia o título de actividad e inscripción en el registro de las agencias de viajes-, la A-68 y el tramo que queda pendiente de la A-1 entre Armiñón y Burgos, la ejecución de la legislación sobre los productos farmacéuticos, el seguro escolar, los ferrocarriles y los servicios privados de seguridad deberán ser transferidos antes de que termine diciembre. Sin embargo, el Congreso asistirá al arranque de la tramitación de los presupuestos en septiembre, y los jeltzales aguardan un gesto que les aproxime a la mesa de negociación. Una prueba de la voluntad del PSOE pasaría por apuntalar este mes el acuerdo sobre las últimas autopistas que quedan por transferir y los ferrocarriles. Las otras seis competencias no deberían demorarse mucho más.

cuenta atrás El traspaso no devaluado de cercanías de Renfe y Feve comenzó a encauzarse en el Debate de Política General. Los socialistas aprobaron trece de las quince propuestas de resolución del PNV, entre las que figuraba el compromiso con la transferencia de las infraestructuras ferroviarias, y no solo de los servicios. El matiz no es gratuito. Catalunya es el único territorio que cuenta con el traspaso de cercanías, pero solo se encarga de regir el servicio, ya que la Ley del Sector Ferroviario impide traspasar el paquete completo. El recorte habría conducido a que el dispositivo catalán haya tenido que capear más dificultades de las debidas y a que haya alumbrado más problemas a la hora de gestionar la prestación.

El PNV arrancó el compromiso de presentar, antes de agosto, un proyecto de modificación legal que permita desbloquear ese aspecto. Así, la CAV gestionaría el tráfico, las infraestructuras y el personal de las líneas de Renfe de Bilbao-Muskiz, Bilbao-Santurtzi, Bilbao-Orduña (destino Madrid) e Irun-Brinkola (destino Madrid); así como de los tramos de Feve de Bilbao-Balmaseda (destino León) y Bilbao-Karrantza (destino Santander). Zapatero dispone de este mes para lanzar el guante a los jeltzales y encomendarse a que lo recojan con vistas a poder capear un adelanto electoral.

No aprobar nuevos presupuestos supondría convocar elecciones y agregar otro factor desestabilizador a una economía funambulista que sortea al borde del abismo la intervención de Europa. Convocar elecciones en noviembre se traduciría en un vacío de poder en La Moncloa, al tiempo que los esfuerzos de la campaña distraerían la atención de la superación de la crisis. Además, la convocatoria activaría automáticamente la prórroga presupuestaria. Sin cuentas nuevas no habría negociación y, por tanto, el PSOE no tendría más motivación para completar los traspasos pendientes que la del cumplimiento de la palabra dada.

Pero más de un camino lleva a la Roma del adelanto electoral. La bicefalia del socialismo se presenta como el más corto. El PSOE habrá de mostrarse bien avenido y evitar una lucha de egos entre Zapatero y el nuevo candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. En Madrid apuntan a la posibilidad de que en septiembre, en la Conferencia Política del socialismo, el partido corte por lo sano y sustituya a Zapatero de la Secretaría General del PSOE. La consecuencia inmediata pasaría por adelantar los comicios, de modo que el socialismo podría olvidarse de los traspasos.

DEIA