Según ha informado hoy en rueda de prensa el alcalde de Santurtzi, Ricardo Ituarte, desde el día de hoy, las obras tienen un máximo de tres meses para comenzar y once para la finalización de los trabajos, estableciéndose un plazo de interrupción máximo de las obras de 2 meses.

Como ha explicado el propio Ituarte, lo más curioso es el sistema que se utilizará para el derribo de las dos chimeneas. Así, la demolición comenzará por el revestimiento interno, de arriba hacia abajo. La máquina de demolición colgará mediante el cable de un soporte horizontal de tres patas, y se maniobrará por control remoto desde el interior de la chimenea. El revestimiento externo se demolerá mediante una máquina que se apoya sobre la propia chimenea por medio de patas. La máquina se manejará por radiocontrol, situándose el operario en una plataforma perimetral de seguridad y la máquina irá descendiendo según avanza la demolición. Además, los residuos generados irán cayendo por el interior del fuste y serán retirados por una máquina retroexcavadora. Las obras se limitarán a horario de 8.00 a 22.00 horas de la noche.
En concreto, y según cifras facilitadas por Ituarte, se han cuantificado unos residuos de 13.300 toneladas de hormigón, 3.750 toneladas de ladrillo refractario no contaminado y 2.480 de ladrillo refractario contaminado, así como 510 toneladas de hierro y acero.

Asimismo, el presupuesto para estas obras asciende a más de 2.460.000 euros, por lo que el Ayuntamiento recibirá unos 123.000 euros en concepto de la propia licencia.

Por último, el primer edil ha valorado este paso como “satisfactorio, por llegar al final de un proceso, porque hay quienes solo hemos conocido en Santurtzi las chimeneas, y todo lo que sea avanzar en el sentido de eliminar hipotecas que hemos tenido es positivo”. Así, ha remarcado que “este pueblo ha tenido que sufrir mucho en aras al progreso y afortunadamente ahora vivimos procesos opuestos”, señalando hitos como la desaparición de los tanques de CLH o ahora estas chimeneas. “Afrontamos procesos nuevos con ilusión, apuntalando la idea de que este es un pueblo en transformación en el que donde antes había pérdidas de espacios en pro de instalaciones incómodas, ahora recuperamos esos espacios”. Asimismo, ha fijado nuevos retos para el futuro, como la recuperación de la superficie de las vías del tren o en la eliminación de los antiguos pabellones portuarios.